Lloro, abro la mano y un precioso copo de nieve cae en ella, y tras un efímero instante, se derrite.

Me sorprendo al darme cuenta de que son mis lágrimas las que se convierten nieve. Es extraño, pero estoy nevando.

Debe ser que todo el calor que había en mí se fue con el sol del verano, y ahora sólo queda frío en mi interior.

Quisiera volver a ser incandescente, a brillar con luz propia y a emanar aquel calor que solía tener antes de todo. Quisiera…

Quisiera volver a tener las manos frías, sí, porque eso supondría mi corazón caliente.

Pero he de conformarme con esto, con este abismo de hielo que amenaza con engullirme. Mientras tanto, mientras que sólo sea una amenaza , divertiré mis sentidos con el hermoso espectáculo de la nieve corporal.

Frío…

Imágenes.

Grabadas en mi retina, que vienen y van, o que no se van.

Que se quedan merodeando en mi cerebro, como si de una droga se tratara.

No quiero quedarme anclada en esos retazos alegría, o de tristeza, o simplemente de trozos de mi vida que se repiten sin remedio.

Una y otra vez viviendo el mismo minuto en mi mente.

No quiero.

Imágenes.

eNconTrar la paLabRa

Y por más que intento encontrar la palabra exacta, no lo consigo.

Es más, cuando parece que una casa perfectamente con mi estado emocional aparecen diez nuevas que me hacen dudar y replantearme la primera.

Pero no queda ahí. Llega aún más lejos, porque también me hacen replantearme realmente cuál es el mal atroz que ronda por mi mente, pues es tan difuso como la neblina en un amanecer de otoño, sobre el río ése...

[que dicen es tan bonito..]